LUCAS Y SU MEJOR AMIGO LULÚ
Lucas era un niño muy alegre de 5 años y al que le
gustaban mucho los animales. Tenía dos pájaros, una tortuga y n perrito llamado
Lulú.
Una tarde después de merendar salió con sus padres
al parque, Lucas le pidió a su mamá si podía llevarse a Lulú al parque porque
le gustaba mucho jugar con él, no quera separarse de él y que se quedara solo
en casa.
En el parque Lucas estuvo disfrutando con su perrito
subiéndose en el tobogán y en los otros columpios.
De repente apareció en el parque Pablo, un amigo de
Lucas del colegio y comenzaron a jugar los dos. Cuando llevaban un rato
jugando, Lucas se dio cuenta de que Lulú no estaba a su lado, que solo estaba
su correa, muy preocupado corrió hacia sus padres y se lo contó, pero Lulú
tampoco estaba allí. Rápidamente, Lucas y sus padres comenzaron a buscarlo
durante un largo rato por todo el parque pero nada, Lulú no aparecía.
Cansados de buscar sus padres decidieron volver a
casa, pero en el camino de vuelta Lucas iba muy triste porque no sabía dónde
podía estar Lulú y pensaba que si no se hubiera distraído jugando con su amigo
no se habría perdido. Sus padres le explicaron que no había sido culpa suya y
que seguro que lo encontrarían, pero Lucas no se animaba.
Pasaron los días y Lulú no aparecía, Lucas y sus
padres pegaron carteles por el pueblo, por si alguien lo veía.
Un día llegó Lucas del colegio y, cuando estaban
comiendo, se escuchó un ruido en la puerta de la calle, pero Lucas y sus padres
no hicieron caso porque pensaban que sería el viento porque aquel día hacía
mucho. Pero al momento se escuchó un ladrido y Lcas fue corriendo hacia la
puerta y cuando la abrió se encontró a Lulú sentado en la alfombrilla de la
entrada, Lucas se quedó asombrado, lo cogió y se lo llevó corriendo a sus padres
para contárselo.
Desde aquel día Lucas fue muy feliz, no se separaba
de Lulú, lo llevaba con él a todos los sitios que podía y estaba muy pendiente
de él siempre.
LA PRINCESA ROSA
Érase una vez un príncipe al que le gustaba pasear
por el bosque. Mientras paseaba, pensaba en cómo le gustaría que fuera su
princesa, la mujer de la que algún día podría llegar a enamorarse.
Un buen día, Jorge el apuesto príncipe, en uno de
sus paseos, se encontró con una señorita que pasaba por allí recogiendo flores,
Jorge se quedó muy asombrado porque nunca había visto a nadie por el bosque
excepto animales. Se acercó a ella y después de presentarse le preguntó de
dónde venía. La señorita le explicó que ella vivía en una casita muy cerca de
allí pero que apenas salía de casa. Después pasaron un largo rato hablando,
Jorge le contó que vivía en el castillo y que sus padres eran reyes. Cuando
Jorge le preguntó a Rosa la muchacha quiénes eran sus padres, Rosa se puso muy
nerviosa y le dijo que debía marcharse a casa, Jorge no supo qué decir y,
cuando se dio cuenta, Rosa se había marchado.
Pasaron los días y Jorge y Rosa seguían viéndose en
el mismo lugar del bosque contándose anécdotas, pero Rosa nunca hablaba de sus
padres.
Un día, Jorge llegó antes que los días anteriores y
se acercó a la casa de Rosa. Mientras se acercaba, empezó a escuchar voces de
una mujer. Jorge se asustó y miró por la ventana que había abierta, pero sus
sorpresa fue cuando vio a Rosa llorando y a una mujer anciana con arrugas y una
verruga en la nariz, Jorge muy asustado se fue corriendo sin creer lo que había
visto y se sentó a esperar a Rosa.
Cundo ella llegó Jorge, sin más rodeos, le preguntó
por lo que acababa de ver, Rosa se quedó asombrada y rompió a llorar, después
le contó que no tenía padres, que vivía con una bruja que la encontró en el
bosque el día que sus padres murieron. También le contó que le regañaba todos
los días cuando llegaba a casa.
Jorge se puso muy furioso y le dijo que no podía
seguir viviendo con esa bruja, Rosa muy nerviosa le dijo que no tenía a nadie
con quien vivir, pero Jorge sin pensarlo, la cogió de la mano y la llevó al
castillo y se la presentó a sus padres.
Cuando les contó su historia, sus padres no dudaron
en aceptarla.
Con el paso del tiempo Rosa consiguió adaptarse y
finalmente se casó con Jorge convirtiéndose en princesa.
EL TREN DE
VAPOR
Raúl era un niño de 6 años al que le encantaba jugar
con coches y trenes de juguete todos los años para los reyes se pedía un tren.
Una navidad escribió la carta a los reyes magos y le
pidió un tren que echaba vapor, que había visto en la televisión.
Raúl estaba muy nervioso los días de antes porque lo
que más deseaba era jugar con el tren.
Llegó el día y la sorpresa de Raúl fue cuando al
desenvolver todos los regalos el tren no estaba, Raúl se puso muy triste y no
paraba de preguntar a sus padres por que no le habían traído el tren de vapor
que había pedido.
Sus padres le explicaron que los reyes tienen que
llevar regalos a todos los niños y a lo mejor no tenían tanto dinero para poder
comprarle el tren.
Raúl se quedó algo más tranquilo pero seguía
queriendo aquel tren.
Un día su papá llegó de trabajar y le dijo a Raúl
que tenía una sorpresa para él y se la enseñaría aquella misma tarde.
Cuando acabaron de comer se arreglaron y subieron en
el coche. El viaje duró un rato y Raúl estaba cada vez más nervioso.
De repente, su papá paró el coche y se dirigieron a
una especia de nave, entraron y había mucha gente y dos ventanillas; al cruzar
la nave salieron y la sorpresa de Raúl fue cuando vio un tren gigante delante
de él.
No sabia qué decir cuando su padre lo cogió y se
dirigieron al interior del tren, Raúl pasó toda la tarde viendo cómo funcionan
los trenes y haciendo preguntas al conductor del tren.
A Raúl le encantó la sorpresa y desde aquel día no
paró de contar a sus amigos todo lo que había aprendido de los trenes. Por
ello, el día de su cumpleaños su mejor amigo Pablo le regaló el tren de vapor
que tanto había deseado.
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